¡Estamos
comiendo gente!
Dicho popular mexicano
Cuando se está hablando de terceras
personas
Roberto Rivera Pérez
El ejercicio de la
violencia, la práctica del asesinato, la guerra y los constantes intentos por
controlar el cuerpo y el existir de los “otros”
(lo que dio origen y caracterizó al periodo del esclavismo, aún presente en la
actualidad). Indudablemente, ha sido una práctica social que ha acompañado el
desarrollo de todas las organizaciones sociales y civilizaciones en el ámbito
mundial; pues sin dudarlo, hasta la fecha no se ha registrado la existencia de
un solo grupo cultural, que haya estado ajeno a esta serie de procesos. Ya que
en una mayor o menor medida, la humanidad en general ha participado en estas
prácticas como lo constatan los procesos históricos de larga duración de toda
la historia.
Es más (como lo atestigua
la historia universal), cuando un grupo que controla el poder económico,
político o simplemente es superior –en términos militares y bélicos-, y éste
desea extender su dominio, o tiene algún tipo de intereses ocultos, o
simplemente desea tener mayor injerencia sobre otros sectores, grupos o países;
generalmente se recurre a la distribución y popularización de falsas
interpretaciones sobre prácticas ceremoniales, rituales de iniciación,
creencias religiosas, etcétera. Entre las acusaciones más comunes, se incluyen:
el infanticidio, la sodomía, necrofilia, el canibalismo o la antropofagia. Y
que en la actualidad, se han transformado en discursos popularizados sobre Múltiples intentos por derrocar dictaduras e
imponer democracias, la violación de los derechos humanos, prácticas sobre
violencia de género. Sin mencionar, los
Intentos para detectar armas de
destrucción masiva en el Medio Oriente (Irak en el año 2003). De las cuales, nunca se encontró ni una
sola durante todo el conflicto bélico que encabezó los Estados Unidos.
Es difícil determinar, en
que justo momento se inventó la noción del canibalismo o la antropofagia. Ya
que en la mitología Griega, se habla que tres de los hijos de Cronos (Zeus,
Poseidón y Hades), evitaron ser comidos por su padre. Asimismo, se contaba que
en el justo momento en que Hércules (hijo de Zeus) pierde la razón y sucumbe a
la locura, se terminó comiendo a sus propios hijos –justo como lo hacía su
abuelo, antes de que éste sucumbiera frente a sus tíos y su padre-.
Mucho antes del año 90 de
nuestra era, el grupo religioso conocido como los cristianos, eran perseguidos, encarcelados, torturados y
ejecutados, o exhibidos como parte de la diversión del combate con fieras en el
Coliseo Romano. El pretexto, era que en
sus celebraciones religiosas se comía del cuerpo y de se bebía de la sangre del
Hijo de Dios –y que en la actualidad, se conoce como la eucaristía católica-.
En el año de 1521, una
práctica semejante fue reportada en La
verdadera historia de la Conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del
Castillo, y en menor medida en las Cartas
de Relación de Hernán Cortés. Ya que, como parte de las celebraciones de
Huitzilopochtli (señor de la guerra y mayor benefactor de los mexicas o aztecas
en el centro de México). Sus feligreses, elaboraban una estatua gigante y
comestible, que era distribuida entre todo el pueblo, pero sobre todo entre los
miembros de las clases políticas, religiosas y los altos mandos del ejército
(los guerreros águila y jaguar –que para ese entonces, sería el equivalente a las
fuerzas especiales de los ejércitos modernos-).
Durante el año de 1779,
se realizó el tercer y último viaje del Capitán Cook, quien oportunamente
decidió explorar las nada conocidas islas de Hawaii (o Hawái –me quedo con esta
última-). Irónicamente, la fecha de su arribo a este territorio, coincide con
una celebración religiosa en donde el máximo dios de los hawaianos, debe morir,
para resucitar y dar continuidad al ciclo de la vida ritual.
Lo que años anteriores,
había sido una celebración en la cual una imagen de este dios era destruida y
posteriormente reconstruida; ahora –con el arribo del barco del Capitán Cook-
era el mismo dios y su séquito, quienes se habían presentado para el
sacrificio. Lo que permite entender –inscrito en las memorias y demás
testimonios recopilados de los sobrevivientes-, la razón del por qué los
hawaianos estaban dispuestos a entregarles múltiples ofrendas (incluyendo los
favores sexuales, como fue el caso de la hija del emperador con el mismo
Capitán). Ya que una forma de escalar
individual y familiarmente al interior de la estructura social hawaiana, era /
es mediante la entrega de dones y demás regalos a los miembros de las clases
poderosas; por tanto, ¡Que mejor, si eran los mismos dioses en persona, quienes
recibían los regalos (incluyendo a la hija)!.
La historia de este
suceso, no refiere qué fue lo que haya pasado con los cuerpos de los “dioses”
asesinados. Sin embargo, los feligreses estaban conscientes de que el próximo
año, tendría que regresar el dios. Sugiero revisar: Islas de Historia: La muerte del Capitán Cook, Metáfora, antropología e
historia de Marshall Sahlins.
Finalmente
en el año de 1911, justo cuando el Prof. Bingham estaba descubriendo las
ciudades incas. No faltó quien le sostuviera, que aún existían grupos caníbales
en la selva peruana, y su vida estaba en peligro. Situación que el mismo
explorador desmintió en su ensayo: La ciudad
perdida de los incas, y que oportunamente
realizó para la National
Geographic Company.
Todo lo descrito
anteriormente, es parte del resultado de las crónicas, testimonios orales,
falsas interpretaciones y leyendas, que en su momento elaboraron los
exploradores, conquistadores, colonialistas, misioneros, buscadores de tesoros,
sobre grupos culturales concretos. Donde el resultado, fue la circulación de
falsas propagandas que terminaron por justificar el sometimiento y exterminio
de muchas culturas en el mundo, pero en realidad se encubría empresas
comerciales y deseos de expansiones territoriales –como ocurre en la actualidad,
solamente que los discursos han cambiado-.
No sobra mencionar, que
hasta la fecha no se ha documentado (etnográfica, antropológica o
sociológicamente) la existencia de algún grupo humano, que como parte del
transitar de su vida cotidiana y lúdica, se dedique al consumo de carne humana.
Lo anterior, no excluye el consumo de las cenizas de los cuerpos calcinados de
los familiares y enemigos en algunas regiones del Pacífico. Esto último, es los más acercado a la práctica
del canibalismo, como ha sido interpretada y difundida en las sociedades
globales contemporáneas.
Sin embargo, algunos
miembros específicos de las “sociedades globales, modernas y posmodernas”, como
son: Ruby Eugene (Estados Unidos), Nicolas Cocaign (Rusia), Stephen Griffiths
(Inglaterra), Anthony Morley (Inglaterra), Paul Durant (Estados Unidos), Robert
Maudsley (Inglaterra), Peter Bryan (Inglaterra), Armin Meiswes (Alemania),
Jeffrey Dahmer (Estados Unidos), José Luis Cava (México), Albert Fish (Estados
Unidos) y Andrei Chikatilo (Rusia). Se caracterizaron por asesinar y consumir
la carne humana de sus víctimas, como lo sostiene Magro (2011).
Por ende, ¡El canibalismo
y la antropofagia, no está fuera de nosotros! Sino la imitación de una falsa
práctica social, supuestamente primitiva. Ha llevado a distintas personas a su
ejecución. Entonces, ¿quiénes son los primitivos y salvajes?
Bingham, H. (1953).
La ciudad perdida de los incas, Chile, ZIG-ZAG.
Harris, M. (2011). Caníbales y reyes. México, Alianza
Editorial.
Magro, E. (2011) Los
peores asesinos caníbales de la historia. En El ABC Internacional. España, ABC. Recuperado: http://www.abc.es/20120531/internacional/abci-canibales-historia-201205311534.html
Sahlins, M. (1988). Islas de Historia: La muerte del Capitán
Cook, Metáfora, antropología e historia. Barcelona, Gedisa.
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